Corre.
Corre hasta donde no puedas.
Te cansarás pronto, y al caer
rindiéndote sobre la hierba,
entenderás para qué me acerco.
Cómo la vereda, de repente,
se hace antesala de algo extraño.
Sin erizos, conejos, murciélagos.
De pronto se nubla.
Apareces mañana.
Corre hasta donde no puedas.
Te cansarás pronto, y al caer
rindiéndote sobre la hierba,
entenderás para qué me acerco.
Cómo la vereda, de repente,
se hace antesala de algo extraño.
Sin erizos, conejos, murciélagos.
De pronto se nubla.
Apareces mañana.
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