lunes, 28 de octubre de 2013

NAAMIO PETOLLINEN: POETA DE LO PORTABLE

En el reciente panorama literario de Lumila, especialmente el de expresión finlandesa, últimamente encontramos especímenes ciertamente curiosos. Un afán rupturista, provocado por el natural carácter inconformista que ya desde los inicios de la andadura literaria de este país comenzó a preponderar, según los más especializados críticos, ha proporcionado el caldo de cultivo idóneo para el surgimiento de una expresión renovadora, fresca, irónica y de un fino pero contundente matiz derrotista y desasosegado. 

Dentro de esta pajarería inmensa y dislocada que es la literatura luminesa de expresión finlandesa, entre cuyos más destacados representantes encontramos al novelista Lauri Mäkinen, a la periodista y poetisa Ina Peltonen o al ensayista y dramaturgo Olli Lehtola, revolotea con cierta inconstancia desde hace unos 15 años la extraña personalidad de un rara avis, Naamio Petollinen. 

A finales de los años 90, Petollinen comenzó a hacerse popular al difundir por todas las calles de la capital, Väinölahti, sus Surkeat mietelauset («Aforismos cabizbajos»), escritos con tiza en el bordillo de aceras o pasos de peatones. Esta intervención, lejos de ocasionarle algún incidente con las autoridades civiles por una posible acusación de vandalismo, fue acogida por la población de manera entusiasta, pues supuso un ligero toque de conciencia para una población adormecida y dócil, acostumbrada a la aparente armonía del estado del bienestar que se venía persiguiendo como meta fundamental del Estado de Lumila desde su fundación el 22 de diciembre de 1917, coincidiendo con la reciente proclamación de Finlandia como país independiente 16 días antes. 

Por ello, y dada la juventud del país de origen del autor, las primeras intervenciones de Petollinen representaron una influencia radical en autores incipientes que de manera tímida apenas si se atrevían a publicar algunos versos cargados de latente insolencia y alma irreverente, que ya excitara la imaginación de una anterior y nutrida generación de jóvenes artistas de distintas disciplinas desde los años 70.

De este modo, el 22 de diciembre del año 1995, coincidiendo con las celebraciones del Día Nacional, Petollinen desliza en la Radio Estatal una alocución titulada «En este país de ovejas»,  hiriente y enfurecida diatriba contra aquellos sectores de la sociedad que, a ojos del artista, asumían con abnegada resignación las posturas morales de las clases más conservadoras, partidarias de la consecución de un estado de bienestar mediante la aplicación radical de políticas económicas neoliberales extremas, y a quienes acusaba sin tapujos de ser portadores «del letal virus de la desmemoria», denunciando el cambio de postura interesada de quienes, habiendo huido de su Finlandia natal debido al clima de persecución ideológica y social constituyeron la nueva república independiente de Lumila, independiente no solo de Finlandia sino también, supuestamente, de aquellos males endémicos que azotaron durante los años de la Guerra Civil finlandesa, y de los que al parecer se habían olvidado, con el consecuente abandono de la antigua lucha por la conservación de un espíritu nacional de índole comunista, aunque moderado, pero lejos aún de la laxitud que no pocos ciudadanos veían en el socialismo: «un lobo con piel de oveja».

Petollinen sienta así las bases para una nueva dirección en la expresión artística de Lumila. Última intervención hasta su voluntario silencio, en el que permanecería sumido hasta el año 2003, cuando de modo inesperado, al estilo Petollinen, publica una antología de poemas breves: Villi kokoelma («Antología salvaje») que inmediatamente causa el efecto deseado por el autor: máximo desconcierto. Si bien los poemas están escritos en esa forma minimalista que tanto caracteriza al autor, su aparente hermetismo funciona poderosamente al servicio de una contundencia arrolladora: «En el aire sólo respiramos los fetos, el resto son pan comido». La frecuencia de imágenes feístas confieren a esta antología, nuevamente, un carácter desolador que encuentra cobijo en los fracasos de una sociedad dividida en su silencio y que aún no se atreve a romper el hielo y eclosionar hacia la libertad moral e ideológica que subyace en cada luminés, pero que debido al férreo sistema de adoctrinamiento educativo de las generaciones anteriores aún se resiste a emerger.

 Desde el año 2003 al 2010, Petollinen permanece en retiro, y apenas si se tienen noticias de él durante este período hasta enero de 2011, cuando concede la primera y única entrevista de su vida a la periodista y también poetisa, Ina Peltonen,  publicada con posterioridad en el suplemento semanal del diario de mayor tirada del país, Lumilaiset. Tanto Ina como Naamio se despachan a gusto durante el encuentro que se prolonga durante dos semanas en la cabaña donde reside el poeta, a las afueras de la capital. La única fotografía en la que «aparece» el poeta la realiza durante la entrevista el joven fotógrafo Arno Kokkonen, de 27 años, hijo del afamado pintor realista luminés, Antero Kokkonen. El poeta, sin saberlo el fotógrafo, acaba de ser consagrado. En los años posteriores a esta entrevista, la figura de Naamio Petollinen adquiere, aun si cabe, una dimensión mayor de lo que el propio autor e incluso el resto de la comunidad artística de Lumila pudieran haber llegado siquiera a sospechar. 

Todo en la vida de Petollinen descansa sobre lo fortuito, lo inesperado. Lo mismo ocurre con su poesía: imprevisible, aleatoria, como la propia naturaleza humana. Elevado a la categoría de mito, discretamente, este año, acomete uno de sus más refinados proyectos: Taskurunot («Poemas de bolsillo»), consistente en pequeños cuadernillos de poemas escritos con un sistema «semi-automático regulado» donde lo aparente se hace firme, donde la sutileza se convierte en sentencia, «donde las dudas se disipan en la certeza universal de una cereza», como escribiera el crítico brendano John Hodges, acerca del primer volumen aparecido del poeta luminés. Concebido como pequeños cuadernillos que pueden llevarse a cualquier parte, puesto que aparecen de manera aleatoria en cualquier lugar, Taskurunot, pretende sustituir a los crucigramas y otros pasatiempos con los que el ciudadano de a pie mitiga el tedio de sus desplazamientos o de sus horas muertas abocados a la consecución de la nada. 

Petollinen, sutilmente, critica la actitud pasiva del individuo ante los hechos cotidianos, en detrimento de una actividad mental e intelectual que favorecería en gran medida el espíritu crítico y creativo necesario para alcanzar la completa libertad del individuo, esclavo hoy por hoy de las más absurdas ataduras y anhelos inalcanzables con el que se pasea indolente por su tiempo y su mundo, lo suficientemente interesantes como para volverles el rostro. En su apacible trinchera íntima,  Petollinen siempre está ahí, al encuentro de la otra mejilla para imprimirle un vehemente bofetón a quien no quiera mirar lo que ve. Acogemos con entusiasmo y expectación esta nueva entrega de la persona llamada Naamio Petollinen.

© Eero Koskinen.
© Traducción del finés: Eva Izquierdo.

(Artículo publicado en la revista literaria TEX-TUR, #1. 2013)

miércoles, 16 de octubre de 2013

UROBOROS

Eliana se lo encontró cosiéndole el botón de una blusa que a él le encantaba verle puesta.

domingo, 8 de septiembre de 2013

0313

Nada hay comparable a la desazón que el hombre soltero siente al volver a la cama después de haberse levantado a orinar en mitad de la noche, sin nadie que le espere a su regreso. 

miércoles, 28 de agosto de 2013

SEGUNDA PEQUEÑA PIEZA LÍRICA SERIA: TEMPO DI VALSE — LENTO

Sólo al día siguiente de la fiesta, cuando todos se han ido marchando, despertándose a la hora de la siesta en el sofá, vestido, inequívocamente solo, junto a la mesita llena de botellas pegajosas, servilletas con carmín, sudarios de restos de pizza, bolsitas de té estranguladas y penetradas por colillas húmedas de cigarrillos de liar en el cenicero, tal vez como forma de divertimento pasajero; como un nenúfar abierto a la nostalgia, nuevamente, se siente un superhéroe: el hombre invisible. 

lunes, 26 de agosto de 2013

GRAFISMA #1

El vocabulario es la caja donde vienen las piezas del puzzle de un idioma.
La gramática es el fiel reflejo de la imagen que se ha de construir.

La poesía es la manera en que un niño muy pequeño
se divierte armando el puzzle.

TASKUSANAKIRJA: NÄLKÄ-OJENTAA

nälkä 
näyte 

näyttelijä
odotus ohdake 

oikeauskinen oikein 

ojentaa

***

el hambre
es una muestra

por un lado están el actor
y el comediante
a la espera
de un cardo

por el otro el ortodoxo
de manera muy correcta
para enderezar
para ofrecer

y para censurar

TASKUSANAKIRJA: REKKI-RIKOLLISUUS

rekki 
reuna 

revehtymä 
rihla riidanaihe 

riita 

riivaja 
rikollisuus

***

la barra fija
un borde un canto un margen

el desgarro
la distensión

el rayado objeto de disputa

de la riña a la pendencia
a la dis
puta

al desacuerdo

el diablo
o
la delincuencia 

TASKUSANAKIRJA: EDELLE-ENIMÄKSEEN

edelle edulinen eduskunta 
ehyt
ei
elpyä elvyttää 
enimäkseen

***

delante el ventajoso y favorable parlamento 
íntegro
entero 
intacto no 

hay que reanimarse reanimar y dar fuerza 
por lo común 

o las más de las veces

AN(IM)ALOGÍAS IV

las cucarachas son los cuerpos especiales del ejército de los insectos

lunes, 5 de agosto de 2013

ZAPATOS

Siempre tiene zapatos por toda la casa. A punto de partir.

APARECEU

El hombre soltero busca ansiosamente Kind of Blue, con la irracional certeza de que, así, su apartamento parecerá por un momento un poco menos desordenado y algo más habitable. 

miércoles, 31 de julio de 2013

QWERTYUIOP

Estaba justo al borde de escribirle cuando, de pronto, ella me leyó la yema de los dedos.

ETERNARIO (FRAGMENTO)


De entre las numerosas y diversas tribus que forman los llamados Pueblos Pardos, los abuni son los únicos que transmiten su cultura por vía gestual. De hecho, el término con que se les designa, abuni, no proviene de la exigua lengua propia de esta singular tribu, sino del dialecto kamana, que se erigió  como lingua franca para facilitar las relaciones entre las distintas tribus en tiempos de la Gran Sequía. Abuni quiere decir "silenciosos, mudos"; otros lo derivan de abuhubuni "los que cantan con el rostro". Los mismos abuni no se designan, se reconocen a través de una serie de chasquidos, como algunos cetáceos.

Hoy en día los abuni siguen practicando un ancestral rito: el llamado Aanaka, el Gran Peregrinaje desde las faldas de los Montes Nuwa, región en la que moran durante los meses fríos, hacia los bosques frondosos de las Tierras Bajas, atravesando los valles de Karan hasta llegar a la cuenca del Yeana, el Río del Sol, en cuyas márgenes vuelven a reconstruir sus casas de madera y donde mudan sus rústicos atavíos de pieles grises y gruesas capas de lana de ampulosos motivos por llamativos atuendos más ligeros de vivos colores bellamente estampados. 

Al poco tiempo de haberse instalado, los camellos monteses comienzan a perder su espeso pelaje, motivo de celebración entre los abuni, pues significa que es momento de tejer nuevas ropas para el regreso a las frías y ariscas Tierras Altas, dentro de una buena temporada. Es en esta época cuando los abuni "cantan con el rostro". Son los ancianos los que tejen, los que enlazan una historia con otra, en cada gesto, en cada mueca, en cada chasquido. Todo en armonía con el rítmico traqueteo de sus pequeños telares. 

Mientras tanto, el consejo de jóvenes se reunirá a lo largo de varias jornadas para determinar el día y los miembros de la tribu que tomarán parte en el ritual más sagrado de la estación cálida: la Ofrenda a Apaanu, el Árbol Sagrado donde habita Baanu, El Espíritu del Silencio. 

Se considera que los jóvenes son más adecuados para tomar las decisiones en la tribu, pues, según las creencias de los abuni, se hallan más cerca de la otra vida que los ancianos. El pensamiento de los jóvenes es fresco, claro, impetuoso y, por tanto, sagrado. En los consejos de jóvenes tanto hombres como mujeres tienen el mismo poder de opinar y decidir. De hecho, no es extraño ver a los abuni durante largos períodos en que las jóvenes son las que organizan la vida cotidiana de la tribu, hasta la celebración del siguiente consejo, en el que se revalidará, se propondrán cambios o, directamente, se cambiará el modo de organización. Entre los abuni cada cual asume la responsabilidad de sus decisiones. 

Sólo existe un caso en que los ancianos, tanto hombres como mujeres, asisten a los consejos. Cuando es precisa la toma de decisiones importantes para la tribu, actúan como jueces, dada la imparcialidad de sus espíritus serenos. 

Las decisiones que salen del consejo son acatadas por todos, y son los adultos de la tribu quienes se encargan de hacerlas cumplir, pues se considera que mantienen el vigor y la firmeza en el pensamiento, así como la fuerza física y el brío en su gesto para hacerlas recordar de manera precisa al resto de los miembros. Conservan y enriquecen el conocimiento y la cultura de los abuni, ya que su memoria está mucho más ágil y así deben mantenerla hasta la vejez, cuando habrán de despojarse de ella, depositándola y preservándola en los tejidos que saldrán de sus telares, como pequeñas liras sin sonido.

El árbol Apaanu se encuentra en una pequeña isla en medio del Yeana, justo en la parte en que su cauce se ensancha y, lejos de apaciguarse, corre aún con más fuerza hacia las regiones arenosas del Sur, donde muere dando vida a los lejanos Pueblos del Mar. 

La noche anterior a la partida se anuncia quiénes serán los miembros de la comitiva, de número impar —cinco, siete o nueve—. Será el miembro más viejo entre los jóvenes quien deberá encargarse de organizar el cortejo sagrado y la posterior ceremonia de ofrenda. Para recibir los conocimientos necesarios, siguiendo la tradición, ha de permanecer toda la noche hasta el amanecer reunido en su cabaña con los miembros de su clan, además de dos adultos y dos ancianos, hombre y mujer respectivamente, quienes le transmitirán los gestos sagrados que habrá de transmitir a Baanu, mientras fuman gawan. Entre esos gestos hay peticiones personales, demandas de visión, mensajes a antepasados y un sinfín de recados que el neófito debe recordar exactamente y reproducir de manera fiel durante la realización del ritual alrededor del árbol Apaanu, en el instante de la Ofrenda. En caso contrario, el viaje de vuelta estará jalonado de dificultades que pueden suponer, en ocasiones, la muerte por accidentes, enfermedades o furia repentina.

El árbol Apaanu es una especie antiquísima de gunazi que permaneció intacta en esa pequeña isla cuando nació el Yeana. Según la leyenda, las aguas del Yeana son las lágrimas del Gran Baanu; lágrimas de furia por la traición de su siervo Komabi, que le acusó de haber bajado a la Tierra sin haber obtenido el permiso de los Hombres y haberles hablado, lo que se consideraba una grave falta entre los espíritus primordiales, ya que los Hombres no debían ser dirigidos más que por el primer soplo que animó sus corazones sin ser perturbados con sonidos que ellos mismos no produjeran. Por eso, su lengua fue cortada y arrojada a las profundidades de la Tierra. Baanu fue atado a un tronco de gunazi, y allí permaneció hasta que su espíritu se debilitó hasta confundirse con la corteza del árbol. 

Cuentan que su último gesto fue de una furia de tal magnitud que su rostro se rajó como la tierra y sus lágrimas se desbordaron formando el Yeana, del que emergieron la isla y, en su centro, el árbol Apaanu, la lengua cortada de Baanu. Se dice que en la forma de las grietas del gunazi puede leerse la historia del mundo, y es esto lo que aprenden los abuni desde pequeños: leen los "gestos" del gunazi.

La ofrenda consiste en un cesto de gawani, el fruto del gunazi, una especie de manzana cuya cáscara es rugosa como la de una naranja, aunque de color rojo muy oscuro y pulpa verde de sabor cítrico, más dulce que ácido. Antes de llegar a las márgenes del Yeana, existen pequeños sotobosques de gunazi en los que florecen casi todo el año los gawan. Con él se preparan mermeladas para vender a los nómadas, de regreso a las faldas del Nuwa; con su cáscara secada al sol y machacada hacen una solución ligeramente narcótica que se puede administrar fumada —sólo en usos rituales— o bien en infusión, que es lo más frecuente. La ofrenda de gawan es especialmente simbólica, pues el Apaanu ya no da frutos, con lo que mediante este ritual se evita que se apague la llama de la palabra del Gran Baanu, pero al mismo tiempo se respeta el silencio que ha de guardarse para preservar su sonido. 

De este modo, el gawan es símbolo de la sabiduría que reside en el gesto, como profundo y primigenio movimiento impulsor del gesto anterior al sonido oral. Sólo Los abuni conocen este misterio. Basta leer sus rostros para aprender a escucharles.

domingo, 28 de julio de 2013

PADMINI

De vuelta al sofá, cerveza en mano, el hombre soltero asiste a la caída de la ceniza de la barrita de sándalo que se consume en el incensario.

jueves, 25 de julio de 2013

EL JOVEN COCODRILO SE DESPIDE

se despidió el joven cocodrilo
con un incomprensible juego de palabras
en inglés

nos quedamos boquiabiertos
ante aquella inusual decisión
inusual no por repentina
sino por tan reptilínea

el joven cocodrilo
que aterrorizó durante tanto tiempo
a los barqueros río arriba
en busca de juncos y doncellas

el mismo joven y vigoroso cocodrilo
cuyas lágrimas todos sabíamos
que eran de gozo y no de pena
de repente nos abandonaba

un fantástico ejemplar sin duda
de crocodylus niloticus
meneando sus caderas
imponente hacia su destino

tiempo después alguien recordó
la anécdota del furtivo que cayó al río
una de sus botas apareció en la orilla
aquel dibujo nos resultó familiar

seguro que el joven cocodrilo
nunca tuvo pesadillas

otra generación perdida

ESCALOFRÍO

En la lentitud de las plazoletas del alma el joven aprendiz se estremece. El simple discurrir de una culebra arrastra sobre sí el el impetuoso hallazgo de la melancolía.

miércoles, 24 de julio de 2013

ESQUINA DO PECADO

Por la mañana, el hombre soltero se acuerda, mientras plancha, de todas las personas a las que ya no necesita.

jueves, 13 de junio de 2013

FUGITIVOS

aquellos que huyen de la poesía
en el fondo huyen de las cucarachas
así como las cucarachas huyen
de cualquier forma de aquellos

aquellos que huyen de la poesía
no son nada cobardes
sino todo lo contrario
son valientes como puños

se dicen a mí eso no me pasa
y cuando mueren se les descubre
entre los armarios un diario íntimo
bochornoso sonrojante

aquellos que huyen de la poesía
son los que nunca asistieron al primer amor
desde el deseo sino desde el amor en sí
y aledaños con encajes

las cucarachas huyen de la poesía
hacia su bella inmundicia

algún día nos sobrevivirán
y ellas lo saben


miércoles, 8 de mayo de 2013

HAY UNA MUJER

hay una mujer
a la que no debiera explicarle
las razones más íntimas de mi aburrimiento
 
pero ya puestos
por qué no?
pues qué más da
cuando menos recibimos
 
tan solo declararme culpable
de todos los insomnios
de todas las tardanzas
de todos mis proverbiales
despistes
 
nunca sé dónde olvido los relojes
pero me sé el tiempo de memoria
un interesante defecto
en el que abundar en mi currículum
 
a menudo
la playa me produce urticaria
pero me encanta esa manera que tiene
de llamarme
desde la oscuridad del pasillo
como si no pudiera hacerlo sola
y yo acudo
como un ciervo bajo su cuero
embistiendo cada pétalo
sorbiendo cada poro
esmerándome siempre en la vorágine
 
nada puede ser más cursi que un huracán
 
y si en la mayor o la más bemol de las selvas
me dedico a cazar amazonas
por favor no me encontréis
tirado
como una bolsa de pelos
repleto de agujitas de pasado
con vocación de pajar
 
al fin
con tanta costa de marfil de por medio
en mi mayor
me aficiono a su ausencia
a la posibilidad remota de las dos últimas cifras
de su número de teléfono
para que todo cuadre
como en un intenso y furibundo van gogh
 
en realidad
no hay más frontera que su cuello
blanco
apocalipsis de papel de arroz
biombo donde encontrarla detrás
justo delante de cada verso
 
uve de pájaro remoto
gaViota esquiVa
 
y yo
tan mar
tan escondidamente azul
 
el día que no me nombre
las nubes irrumpan en mi sopa
y sorbiendo niebla
no dejen mis labios resecos
de conjurar todos los males
me den por muerto
o las siete cosas
 
pero bueno
al fin y al cabo
ella duerme
 
y yo
no por importunar
sino por dudosa obediencia
me limito a nacer bajo sus párpados
en la  mitad más absoluta de su calma
la que su nombre me siembra
 
creceré
o no
 
que me venga a buscar al colegio
que me lleve al trabajo
que me reciba en los aeropuertos
que me elija trajes y corbata
que me descubra triste
que me encuentre sin buscar
 
porque al final
no hay más
que otra pobre luna a bocajarro
otra mujer fugaz morena que dice
que de las hogueras nadie se salva
sobre todo cuando todo este hereje
le propone el recuerdo de mi paso por la excelsa ciudad de constantinopla
con el silencio de una privada revelación
 
y la lluvia hoy
sigue empeñada
 
en desaparecer


HAZTE CARGO

hazte cargo
que en mi almohada 
jamás encontrarás manhattan
 
que entre mis sábanas
no tomaremos berlín
ni tampoco habrá ocasión de invadir polonia
 
hazte cargo
que en lugar de mi nombre
me hallarás desnudo
 
probablemente escribiendo
desnudo he dicho
como el adiós me trajo al mundo
 
hazte cargo
que la piel no hace al lobo
que una raya más no completa un tigre
 
que la cama me la hago yo solito
sin necesidad de un cosmos que grita
desde la memoria azul de cada estrella
 
hazte cargo
que el que avisa
no es deudor
 
de los múltiples fracasos
que humedecen esta hierba
buena y mala
 
hazte cargo
que no sé ir
de pe a pa
 
que me perdí por el camino
que mis llaves pesan demasiado
para echarme a volar
 
hazte cargo
que las oscuras golondrinas
de tu balcón mis nidos
 
que caminante no hay camino
de tanto mirar atrás
 
que de tan poeta fingía 
no querer ser nada
 
que de algeciras a estambul
murió el pez por tu boca
 
hazte cargo
que me cargó el diablo
 
para que se me llevaran los demonios

miércoles, 27 de marzo de 2013

PRESA

la felicidad está
justo
donde la habíamos dejado

ahí
junto a las llaves
bajo el espejo negro
que la soledad frunció
sobre tus ojos

devorados por los ácaros
del tiempo

por una alergia crónica
de arenas y polen abrasador

la encontraremos
ahí

justo ahí
tan inmóvil

transitando
feroz

en plena floración
de dunas

jueves, 21 de febrero de 2013

CALDO PRIMORDIAL

quinientos cuarenta millones de años
quinientos cuarenta millones

y ya los trilobites
urdiendo intrigas

los protozoos en huelga
en solidaridad con las mitocondrias

el núcleo duro de las medusas
tras las barricadas de plancton

el caldo de cultivo
perfecto

para la canción protista

los cuerpos de seguridad
pluricelulares

cargando contra microorganismos
y otras vulgares bacterias

fagocitándolas

luego la epidemia
el terrorismo vírico

la guerrilla linfática
en pos de la metástasis

aquel rizoma
que tantas cepas arruinó

sin embargo

a pesar de los tratados
de no agresión

y de las benignas intenciones
de ciertos sectores tumorales

no hubo otra alternativa
que recurrir

al agente pacificador

el temido antibiótico


jueves, 31 de enero de 2013

034801072012


nunca tuve una percepción real de la tristeza
acaso una noción de herida
un acoso constante de la sombra
sobre los campos de mi lengua

un nombre amordazado que me circunda
a lo cuervo o a lo buitre
según sea carroña o cultivo
el resto que me quede de esta espesa travesía
que sudo en privado

traté de someterme a la nostalgia
no por nada
sino por fe ciega a un séquito desnudo
y me caí

me caí hasta romperme
pero nadie escucha el sonido de un árbol
corroyéndose tan poco a poco 

sujeté el manto de la espera
como quien se aferra recién nacido
al pezón de una madre cautiva
libando la esclavitud de mi permanencia
en este mundo

las luces de la ciudad
me tiemblan en la boca
no soy capaz de nombrar la sangre
huyo siempre de las siluetas que me esquivan

sin embargo
contento incluso
saco de la hucha de mis sueños
los ahorros más ridículos
y trato de no proveerme de víveres inútiles

estos versos
conccebidos desde la más profunda madurez
modestia aparte
casan con las líneas que manejan mis duendes
para despojarme de toda presencia sofá

canto en la ducha
lo confieso
me masturbo en la más absoluta discreción
con mis ganas de nenúfar
y nada después de eso es más
ni menos

me dedico entonces al cálculo
exacto de los besos que me faltan
pero nunca fui buen ábaco
para rendir cuentas a la vida

ya no sé qué subrayar
de todo lo que leo
ni qué pensar de lo que escribo

me dejo poseer por la palabra

sólo el agua quiere que la escuche
a través de la áspera travesía
hasta mi estómago poblado de beduinos

me temo que a ciertas horas
no es conveniente visitarme
pero esa decisión no es mía ni de nadie

comparto con los elefantes
la memoria precisa de cada paso
de cada estanque en el que se cuece
terrible la venganza

sirenas hay de sobra en la causa
de todos mis naufragios

me persiguen los estuarios
donde quedan varadas mis raíces de narval

tres mil años de conciencia
tres mil años de alarma entre la hierba
tres mil años de continuar alado
tres mil años de ángel

nada me da lo que decido
ni siquiera la escuela sutil
donde el pensamiento aprende
qué demonios significa
primavera
mariposa
hojarasca
termita o hambre desmedida

quiero siempre por el lado
por donde acaba la ternura
y empieza a rescatarme
la piel del huracán

amo más de lo que debo
según me dicen
pero lo que a mí me digan
más me explota en el vientre

esta sensación de bolígrafo gastado
de última palabra
grabada ya para siempre
en la roca fría o humeante
según sean los designios de un volcán

hacen que no me crea el magma
ni la oscuridad de la que surja

no me creo la pira funeraria
que dará con mis huesos
en la ceniza que habite los ríos consagrados

yermo
seco
con la sed en cada cosa que destila
el eco del rocío sobre mis pétalos cansados

soy finalmente esta nada
que todo lo permea

soy finalmente este todo
que desaparece

miércoles, 16 de enero de 2013

ZEBRA

en otro tiempo
la
z e b r a
   /////
fue un hermoso equino blanco
aficionado al ajedrez

hasta que ganó al tigre
que jugaba con negras

lo que empezó
en tumulto entre ellos

terminó en un desenfrenado
frenesí sexual sobre un piano

(la zebra estaba
         debajo)

y a la naturaleza
le gustó

aquella magnífica interpretación