lunes, 24 de septiembre de 2012

ETERNARIO (FRAGMENTO)

En los pasos fronterizos, lugares sagrados por los que se pasa al otro lado, a menudo paran a descansar los caminantes de palabras. Suelen ser gentes solitarias y algo hurañas. Su labor en este mundo es la de llevar a cabo en actos lo que las palabras dicen; y así buscan la precisión. A este lado, las palabras son como un reloj que mide el tiempo inexacto de las cosas. Los caminantes de palabras hacen de relojeros  ajustando minuciosamente cada pieza verbal para que todo el tejido del mundo quede sin fisuras. En realidad, protegen ambos lados, custodian y adiestran el aliento que formará los vocablos que al otro lado fraguará los espíritus de quien los pronuncie con sapiencia, generando una estirpe de nuevos caminantes a quienes resultará de todo indistinto estar en un lugar o en otro, pues ya habrán trascendido ese mundo de formas que vibran. Pues la palabra no es libre hasta que no se encuentra consigo misma y con quien la pronunció por vez primera.

Ocurrió en una ocasión, tras amainar la lluvia. Yo acudía con frecuencia a los pasos fronterizos para encontrarme con ellos. Buscaba el fuego primordial que incendiara en mí la curiosidad más salvaje. Pero me resultaba difícil acercarme aprovechando su descanso. Se sentaban en algún lugar de la extensa llanura, con la mirada al frente pero ya sin firmeza. Iban de gris, siempre bajo un grueso abrigo abrochado hasta los tobillos y un hatillo a las espaldas con todas las cosas que precisaban en su peregrinaje, lo que les confería aspecto de monjes nómadas. 


Uno de esos caminantes acababa de cruzar un punto fronterizo desde el otro lado, muy cerca de donde yo me encontraba. Hubo un destello y una lluvia repentina y persistente regó el llano. El caminante avanzó unos pasos con aire confuso. Cuando pareció reconocer dónde se encontraba, aliviado, como quien se solaza en un prado al inicio de la estación de las flores tras haber cargado demasiado tiempo con la nostalgia, se desplomó sobre la hierba mientras emitía una serie de gemidos de placer. Mientras observaba con atención aquella escena, examiné los alrededores y, a no ser la silueta de algún centinela tras la niebla, nadie más que nosotros estábamos allí. Se incorporó, examinó sus alrededores y se encontró conmigo, observándole. Me sentí avergonzado y bajé la mirada. Percibí intensamente un aroma a paño viejo y húmedo al tiempo que una extensa sombra parecía crecer entre la hierba. Alcé la mirada y aquel caminante se hallaba frente a mí, mirándome fijamente. Su altura provocaba sensación de gran árbol, inspiraba cobijo cauteloso, incluso al sentarse. Y entonces habló de este modo:


"Sólo el ser humano decide lo que es o no verdad, ya que la mentira lleva tanto tiempo decidida, pero no oculta. Por tanto, más que la verdad en sí, el ser humano tiende a buscar el poder de decidir sobre ella, lo que supone la mayor meta a la que una especie puede aspirar, es decir, el control absoluto de toda su experiencia de la realidad. Pero la realidad no es la verdad, ni viceversa. La verdad no es en sí nada real, pues, si bien  representa un bloque más en la estructura de la torre de Babel, gran metáfora de la codicia humana al mostrar el ansia voraz del conocimiento, nunca llegará a dominar plenamente el curso de la existencia, ya que participa de la Naturaleza, de la cual parece ser que también formamos parte, que es cambiar. Porque el conocimiento es poder y el poder convoca al control y sólo desde el control se decide o no lo que una cosa es o no es. Quien controla el movimiento, controla el espacio y el tiempo, con lo cual se convierte en la mayor Fuerza Creadora del Universo cuyo precio a pagar es la soledad eterna, la decrepitud continua, el aburrimiento extenuante; tal vez la paz".



Mientras pronunciaba cada frase, con exquisita dicción y cadencia, no dejó de mirarme con aquellos apacibles y boscosos ojos grises. Cuando dejó paso al silencio, sólo entonces bajó su mirada, se levantó y dándose la vuelta caminó adentrándose en los dominios reservados de la niebla, de donde sólo se regresa en forma de diminutas gotas persistentes que riegan el llano...  


jueves, 13 de septiembre de 2012

ETERNARIO (FRAGMENTO)

El ritual era el siguiente: dos mujeres, con túnicas traslúcidas y máscaras de colibrí, iniciaban una danza al ritmo de los tambores de piel que un grupo de hombres, por lo general guerreros, golpeaban en un rutilante compás que habría de llevarnos a los allí convocados al más gozoso frenesí. Cuando los guerreros tocan el tambor les decimos tekpanawe, "los que acarician el trueno". Las dos mujeres, embebidas de una danza cada vez más delirante y quebrada cuyas figuras entre el fuego traían hasta la garganta de los ancianos nacientes cantos de remotos tiempos, comenzaban entonces a emitir una serie de alaridos que ni siquiera Uknabata igualaría en horas de convocar a todas las aves del universo, dueñas de las estrellas. Y el trepidante corazón que mugía en las pieles de los tambores se tornaba cada vez más intenso junto a las chispas que el humo sagrado de los árboles brindaba cuando los espíritus de las cosas baten sus pies en las cenizas. De pronto, todo quedaba en silencio; un agujero súbito en el tiempo, tan sólo el rastro del eco sostenido en las tripas vibrando aún bajo manos hinchadas de sangre.

Las dos mujeres yacían en el suelo, sin vida. Sólo era permitido a los parientes mayores masculinos más próximos de ambas mujeres retirarles las máscaras de colibrí, que luego intercambiarían en señal de agradecimiento por el alma ofrecida y su protección ahora conservadas en ellas; también como símbolo de alianza eterna entre los dos clanes, ya fuera por motivos de litigio, de vínculo matrimonial, tributo que rendir o deuda que saldar. Esa era la única esperanza de supervivencia ante la adversidad. Si Akonoma estaba enojado, era por nuestro imperdonable descuido de su hija, Okmariba, esta Tierra, ahora malograda, que en venganza se llevaba a sus dominios al ganado y a los niños. Y entonces venían las disputas y los ojos que no miran más allá de lo que ven. Dardos envenenados en la lengua que destruyen el alma de los hombres.

Tras la guerra siempre venía la paz. Y así durante más de mil doscientos años; luego aparecerían los Pueblos de la Luna, portadores de un saber oculto y poderoso. Desde entonces, nadie había vuelto a estas tierras.




jueves, 6 de septiembre de 2012

CARNE DE CAÑÓN

éramos parte de la vida
hasta que la vida dijo
hasta que la vida decidió
hasta que la vida sucedió
a otra vida
y venció todos nuestros ejércitos inmortales

éramos casa y pan
cada merienda se nos caía de la cara
como la vergüenza
y el seno materno
que hundía nuestra más profunda esquirla
en la fundición que nos traía la vida

esa vida de la que éramos parte

éramos hermanos
con todo lo puesto
incluso con las botas de morir
en el frente
y por la puerta de atrás

con el fusil bien lubricado
para dispararnos en pleno centro del amor
del que
éramos incapaces
minusválidos de corazón
como sueños húmedos no consumados

éramos la sucia incapacidad
de vernos
una eterna legaña endurecida de hace años
la pena inmortal que inventó palabras
para odiarnos
de esa manera

convenía
porque sucedía

éramos la corrida íntima en la mano
el hijo pródigo al que llamar arturo
la hija de puta que nos dio calabazas
cuando queríamos
simplemente
cer(t)ezas

éramos carne de cañón
poco hecha
casi cruda
por la que matar con miedo
por la que morir con valor
cotizar al menos
en la bolsa
mortaja de plástico transitoria
para el tránsito final

con las manos cortadas
con la lengua coartada
con el alma aferrada a aquel dulce recuerdo
que hoy

hoy

llorar otra vez para qué

éramos tú
éramos yo
y todos los comemierdas que surgieron
a nuestro alrededor

sujetándonos la polla
con su exquisita educación británica
con el remilgo más obsceno en sus sotanas
llenas de lamparones
vestigios de privados pe(s)cadillos

pero claro

no conviene
aunque suceda

habemus papam
habemus tuputamater

quién quiere ser millonario
a estas alturas
allá tú
pasa palabra
sálvame
cómeme el coño
como nunca antes
cabronazo
yanomequieres
yanomequieres

y sí
no te quiero

te engaño con tu hermana
te engaño con tu enfermedad venérea
te engaño con tu engaño

s.o.s una mina antipersona

éramos un olor horrendo más de la basura
que recogían los machupichus del documental
te acuerdas?
que después fuimos a puccini
madame butterfly
la sinfónica de mordor
tus muertos
sobre los que me cagué algún día
gora ETA
y yo no fui con dedo acusador
undostrés juanperiquito y
andrés
a descubrir tu escondite

éramos tan cool
tan milesdavies
tan lado oscuro del corazón
y tan pink floyd
que no pudimos resistir la tentación
la atenta sión
de los que atentan

territorios ocupados por la cara
por la bonita y cara
carísima cara

éramos carne de cañón
bien hecha
sin sangre en el plato
¡plato!
BANG!
BANK!

el presente aullido de ginsberg
el pasado ausente de neruda
que se cansó de ser hombre
para el lobo

carnaza
para tiburones tigre
con sus rayas de más

éramos

éramos hermano
tanto

que vomité de tanto ser
tanto

conseguimos al fin
custodiar a nuestros hijos
esa discutible
PROPIEDAD PRIVADA
de toda libertad

conseguimos
no casarnos
para no cansarnos demasiado
y compartir

pues con partir hubiera bastado
cuando todo hacía aguas
justo cuando esas aguas se rompieron
mi vida

carne roja de cañón
carne al sol con la cornisa nueva

éramos suicidio encumbrado
mártires de pacotilla
dos de pecho
con un pecho por el cáncer
y también acuario

astros
rastros
de estrellas que no supimos nombrar
cada domingo

éramos parte
contratante
de la primera parte
jajajá

éramos este poema interminable

who wants to live forever
freddymercury
MARICÓN
SIDOSO
ni me toques

tú sabías lo que había

éramos
sin dueño

neanderthales
cromagnones
HOMBRES
y MUJER@S
compañeros y compañeras
putas baratas

nos vendimos
al mejor esclavo

limpios
siempre
como una patera

plasplás de manos
pilatos
pilates

aminomemires

éramos
la vida

follamos como locos
como si se fuera a acabar
para siempre

nos cogimos turcas
kurdas
y trancas
pedos descomunales que nos reventaron el culo
bebimos
valdés

bebimos tanto
que se nos olvidó sangrar
toda esa sangre de toro

pasodoble español

folclóricas apostólicas romanas
vírgenes de regla
escuadra
y cartabón

éramos toxicómanos
alcohólicos celosamente anónimos
proyectos de hombre
fundaciones de ayuda
oenegés
manos unidas sin fronteras
payasos
médicos
cooperantes
misioneros
patrimonios de la humanidad
premios nobel
cum laudes
horroris causa
por la UNIversidad
diversos
jodidos conversos
judías pintas
reservas de la biosfera

éramos
del verbo ser
y terminamos siendo
sólo (sí con tílde)
del verbo

nos aprisionó
presas del pánico que cundió

carne de cañón
escudos humanos
engaños colaterales
genio y figura
hasta la dictadura
que a tantos poetas sepultó
en comunas de huesos

memoria histérica
de otros bandos

osos panda
panda de osos
maotsetung

éramos
el último emperador

éramos
lo que somos

tanto monta
monta tanto
canal plus
ultra

isabel
como fernando

que es gerundio

domingo, 2 de septiembre de 2012

UTILIDADES

de qué me ha servido saber
que la unidad monetaria de bhután
es el ngultrum

que la capital de moldavia es chișinău
que la tabla
es también un instrumento de percusión hindú

que los que hablan esperanto se saludan
diciéndose

saluton

que fernando pessoa jugaba al ajedrez
con aleister crowley
en el café a brasileira

que al sol los indonesios le dicen
matahari
y una mariposa en paraguay es panambí

de qué me ha servido
un cinco siete cinco
como medidas explosivas de un haiku

o calzar un cuarentaydós
y a veces un cuarentaitrés
depende de la horma de los diversos continentes

que a cien grados hierve el agua
y que pi es trescatorcedieciséis
y un séquito de decimales traviesos

conocer la línea uno del metro de madrid
el padrenuestro y la internacional
que cortázar nació en bruselas

que séneca hablaba latín
con acento cordobés
que satie era masón

de qué me ha servido saber
el blando y húmedo sabor
del primer beso

el ciclo reproductivo de las ardillas
el épico viaje de la tortuga
aprovechando las corrientes del pacífico

el programa para lavar mi ropa
pochar la cebolla
descubrir el secreto alquímico del gazpacho

que fregar la loza me incita a bailar boleros
que el jazz nació ya roto
que el fado de momento no es una danza

de qué me ha servido saber
que en la primera cita no es conveniente
viajar a la humedad

que gracias a la piedra de rosetta
champollion descubrió
los jeroglíficos

que la pintura flamenca
es sublime
y que munch siempre deseó gritar

que in vino veritas
que el ron sale de la caña
que estambul es corrupción de constantinopla

de qué me sirve a mí saber
que cuando una mujer te dice no sé
significa no

o cuando dice como
quiere decir repíteme
como una fe de erratas

que donde dije digo
digo diego y me retracto
con la humildad de las cebras

que las hienas matan por placer
que hay peces hermafroditas
que summertime en cualquier versión siempre me arrebata

que el dinero no da la felicidad
sino la necesidad de la permanencia
que el holocausto fue en realidad un genocidio

que una nalgada a tiempo te despierta
que marte podría ser un planeta apetecible
que al final de las películas porno nadie se casa

de qué me sirve a mí saber
tu nombre tu número de teléfono
si nunca estás en ninguno de ellos

que la eme con la a es ma
y que el alcohol convoca monstruos terribles
a orillas de mi almohada

que por la boca muere el pez
y a menudo la paz
que me salgan granos a mis dieciséis

que la generación beat fue importante
que en la generación del veintisiete
hubo eternos olvidados

que la poesía me salvó la vida
cuando estaba con la soga al cuello
léase literalmente

que en tu nombre he convocado
dioses odiosos y cansinos
pordioseros mercenarios

que en tu sombra habitan huellas
delicadas que dejé entre la noche
ante la implacable ausencia de zapatillas

que me encanta ir de puntillas
entrar en trance
drogarme hasta la médula

de qué me sirve saber
lo que no sé
si al final

todo no es más
que un sugerente simulacro




de qué me ha servido saber
que las constelaciones
son como el párking de un motel de la galaxia

que en lisboa el garoto es una forma de café
y que también podría guiñarte el ojo
en cualquier esquina quejumbrosa

que lo prometido es duda
que el perdón no olvida
que el amor es sordo

que la gota que colma el vaso
no siempre es la última palabra
estampándose contra la mesa

que etiopía fue antes abisinia
que el hambre es patrimonio
de la humanidad

de qué me ha servido saber
que una caricia puede ser más despiadada
que el ángel exterminador

que un sesenta y nueve acostado
es el símbolo mágico de piscis
que el arco iris no dispara flechas de colores

que la leyenda cuenta que en los bosques
aún puede oírse el profundo desaliento
del jinete sin cabeza

que la distancia entre el sol y la luna
es menor que de tu casa a la mía
en condiciones normales

que la última cena la pagó judas
que la línea de puntos es decisiva
que la culpa no existe

de qué me ha servido ver
la viga en el ojo ajeno
apolillada por los siglos

la huella de armstrong en la luna
el crimen de estado contra kennedy
la demolición programada de las torres gemelas

barrio sésamo los simpsons
el festival de eurovisión
informe semanal

el rostro de una madre
a punto de romperse
ante el féretro de su hijo

las manchas de sangre
sobre el pan de cada día
en srebrenica

de qué me ha servido
tanto dios tanta virgen desolada
tanta mísera misericordia

tanta miseria puerca
llenándose la boca a paladas
con tanto tanto tanto

tanta lacerante tristeza
tanta playa en verano
tanta calle perdida

tanto amor en dosis pequeñas
tanta contraindicación
tanta porquería en el ventilador

tanto silencio amordazado
tanta puta isla afortunada
tanto arrorró y tanta mierda

de qué me ha servido enarbolar
tantas banderas como causas
perdidas existen

coleccionar monedas y billetes
conocer alfabetos antiguos
hablar lenguas muertas

esconder mi nombre en una firma
ponerme medallas galardones
exponer mis trofeos

acudir a tu encuentro
y perderme por las ramas
llegar puntual a lo tardío

beberme los vientos
atragantarme con las flores
besar por donde pisas

de qué me sirve
una huida a tiempo
a estas alturas

de qué me habrá servido saber
antes de irme al cuerno
con mi pijama de pino

que en cada ser humano
hubo tesoros que nos buscaron
y otros que no

que en cada fracción de segundo
también existió el tiempo
agitando átomos de vacío

que en cada dolor ocasional
había un extenso mar de fondo
que no acertaba nunca con sus playas

que en cada fruto en cada rama
un deseo concentrado de nacer
se hizo carne apetecible

de que me habrá servido nacer
en este mundo tan pequeño
sin nada que hacer por él

más que juntarme con el viento
en las malas compañías de la noche
entre el sueño más profundo imaginable

envejecer sin límites de riesgo
sin coche sin dinero sin casa sin hijos
con miedo con sentido del humor o contigo

imaginarme a las puertas del olvido
con un certificado que debí presentar
en el momento de asustarme

sacarme la piel a tiras
ser alguien de provecho
ahogarme en camisas de once labios

de qué me habrá servido tanto tiempo
en las galeras del amor encadenado
la esclavitud masiva del deseo

la mentira a cuestas el salto mortal
el doble tirabuzón carpado hacia atrás
la pirueta más audaz del aviador

la papiroflexia la novena sinfonía
la ducha fría el mobiliario de la tristeza
la rendición la metafísica la tierra batida

el cáncer estructural de las ciudades
las ventanas cansadas la suerte echada
al azar como una enorme hoguera expiatoria

el rostro pálido la serpiente emplumada
el rey pescador ya destronado
el gran timonel de un gran navío sin rumbo

de qué me habrá servido decidir
mi epitafio como broma final
a la que deba venir un día

dicen que cuando alguien
piensa en sus últimas palabras
éstas cobran una vida independiente

se lanzan a volar hasta que llegan
milenios más tarde a la orilla
de un país desconocido

para empezar de nuevo
a hacer sus nidos y perpetuar
el ciclo vital de la conciencia

sólo entonces puede uno marcharse
con la sensación en la mirada
de haber hecho los deberes

sobre el pupitre devastado de su infancia
sobre la mesa de trabajo con grilletes
sobre la pira funeraria que pulverizará

los huesos
único vestigio fidedigno
de nuestra estancia en este hotel

ahora
si me lo permiten
desearía colgar por última vez

y sin que sirva de reincidente

el cartel
de no molestar