jueves, 31 de enero de 2013

034801072012


nunca tuve una percepción real de la tristeza
acaso una noción de herida
un acoso constante de la sombra
sobre los campos de mi lengua

un nombre amordazado que me circunda
a lo cuervo o a lo buitre
según sea carroña o cultivo
el resto que me quede de esta espesa travesía
que sudo en privado

traté de someterme a la nostalgia
no por nada
sino por fe ciega a un séquito desnudo
y me caí

me caí hasta romperme
pero nadie escucha el sonido de un árbol
corroyéndose tan poco a poco 

sujeté el manto de la espera
como quien se aferra recién nacido
al pezón de una madre cautiva
libando la esclavitud de mi permanencia
en este mundo

las luces de la ciudad
me tiemblan en la boca
no soy capaz de nombrar la sangre
huyo siempre de las siluetas que me esquivan

sin embargo
contento incluso
saco de la hucha de mis sueños
los ahorros más ridículos
y trato de no proveerme de víveres inútiles

estos versos
conccebidos desde la más profunda madurez
modestia aparte
casan con las líneas que manejan mis duendes
para despojarme de toda presencia sofá

canto en la ducha
lo confieso
me masturbo en la más absoluta discreción
con mis ganas de nenúfar
y nada después de eso es más
ni menos

me dedico entonces al cálculo
exacto de los besos que me faltan
pero nunca fui buen ábaco
para rendir cuentas a la vida

ya no sé qué subrayar
de todo lo que leo
ni qué pensar de lo que escribo

me dejo poseer por la palabra

sólo el agua quiere que la escuche
a través de la áspera travesía
hasta mi estómago poblado de beduinos

me temo que a ciertas horas
no es conveniente visitarme
pero esa decisión no es mía ni de nadie

comparto con los elefantes
la memoria precisa de cada paso
de cada estanque en el que se cuece
terrible la venganza

sirenas hay de sobra en la causa
de todos mis naufragios

me persiguen los estuarios
donde quedan varadas mis raíces de narval

tres mil años de conciencia
tres mil años de alarma entre la hierba
tres mil años de continuar alado
tres mil años de ángel

nada me da lo que decido
ni siquiera la escuela sutil
donde el pensamiento aprende
qué demonios significa
primavera
mariposa
hojarasca
termita o hambre desmedida

quiero siempre por el lado
por donde acaba la ternura
y empieza a rescatarme
la piel del huracán

amo más de lo que debo
según me dicen
pero lo que a mí me digan
más me explota en el vientre

esta sensación de bolígrafo gastado
de última palabra
grabada ya para siempre
en la roca fría o humeante
según sean los designios de un volcán

hacen que no me crea el magma
ni la oscuridad de la que surja

no me creo la pira funeraria
que dará con mis huesos
en la ceniza que habite los ríos consagrados

yermo
seco
con la sed en cada cosa que destila
el eco del rocío sobre mis pétalos cansados

soy finalmente esta nada
que todo lo permea

soy finalmente este todo
que desaparece

miércoles, 16 de enero de 2013

ZEBRA

en otro tiempo
la
z e b r a
   /////
fue un hermoso equino blanco
aficionado al ajedrez

hasta que ganó al tigre
que jugaba con negras

lo que empezó
en tumulto entre ellos

terminó en un desenfrenado
frenesí sexual sobre un piano

(la zebra estaba
         debajo)

y a la naturaleza
le gustó

aquella magnífica interpretación