lunes, 23 de julio de 2018

CAZA MUTUA

Sé que es peligroso atrevimiento invitarte al implacable amanecer que nos sorprenda aún mientras danzamos, bajo el manto sereno del camastro, territorio ya vencido, conquistado, donde descansar de nuestro sexo a ciegas. De donde nos nazca un deseo carnívoro de alimentarnos en la vigilia pegajosa; donde los escombros de nuestras pestañas señalan el origen de toda demolición. Cuando nuestro pudor no tenga nada que ver con nuestros cuerpos, al roce fatal que nos devueva al éxtasis, al ruido valiente de ese frenético husmearnos la saliva, al trepidante ardor, al lacerante espasmo que nos derribe, al penetrante olor de tus axilas, al puente que nos deje paralizados en el vértigo, deseo sentir y permitirte conmigo el miedo a la caída. Estrenar las alas rotas, devorarnos solos.

Sé que es un peligroso atrevimiento invitarte a pasar al refugio de mi desnudez, convocarte al sobresalto, escandalizarte con mi sombra obscena. Pedirte más. Sacarle brillo a tu delirio con mi lengua vivaz. Temerte toda.

Sé que es un peligroso atrevimiento, un riesgo que correr, proponernos como caza mutua.

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