Aquí está mi corazón,
perfilado,
punta de flecha.
Aquí está mi hueso,
mi fémur, mi mandíbula,
mi cráneo.
Aquí el pedernal,
aquí la lanza, los abalorios
de la muerte.
Aquí está mi silencio,
la maldición de todo enigma;
el indescifrable secreto
de cómo mi voz
descubrió la palabra
búfalo.
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