sábado, 19 de noviembre de 2016

HACIA EL ASCUA

Dirige mi mano hacia el ascua.
Hacia la hendidura de la flor carnal
que engendra el caño en el estanque.
Hacia el loto sumergido,
hacia la cautela saciada
en toda mansedumbre,
hacia el humedal de tu voz
empapando mi cuello.


Hacia el ascua, dime, luego,
hacia la nueva casa del hambre,
insaciables, secos, encerrados
con todo lo que arda,
devorándonos al aire fresco
en el patio vacío,
recién llovido el fuego;
como estemos.

Hacia el ascua última.
Hacia el ascua.

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