Otra vez por aquí...
Incansable.
No hay festín o antología
en que no se deje ver.
Siempre con ese aspecto,
de poema serio;
con esa odiosa verborrea
automática. Con ese impostado
surrealismo en sus formas;
con esa cursilería abominable
en su fondo.
Como cruce sus versos
con tus ojos, se acabó:
irá a por ti. Y no te dejará.
No te dejará salvo que cierres
el libro o arranques las páginas
—siempre se extiende, como virus,
por más de tres o cuatro, con suerte—.
A mí me tocó uno cerca
de mi página.
Terminé por volverme
surrealista.
Incansable.
No hay festín o antología
en que no se deje ver.
Siempre con ese aspecto,
de poema serio;
con esa odiosa verborrea
automática. Con ese impostado
surrealismo en sus formas;
con esa cursilería abominable
en su fondo.
Como cruce sus versos
con tus ojos, se acabó:
irá a por ti. Y no te dejará.
No te dejará salvo que cierres
el libro o arranques las páginas
—siempre se extiende, como virus,
por más de tres o cuatro, con suerte—.
A mí me tocó uno cerca
de mi página.
Terminé por volverme
surrealista.
No hay comentarios:
Publicar un comentario