Dos hospitales en Alepo.
Un campo de refugiados en Al Camouna (frontera sirio-turca).
Parece que los bombardeos estuvieran destinados a otros objetivos, como
evitar que los "refugiados" —mal empleo de un término por no remitir a
una realidad objetiva— no lleguen nunca a ningún sitio para poder
refugiarse de verdad. De momento son migrantes, presos huidos (el
correspondiente culto sería "fugitivos", qué cosas) porque estén donde
estén mientras no estén bajo refugio, serán presos
huidos. No presos politicos, presos sociales, presos entre las redes
que hemos tejido para refugiarnos del miedo que nos hemos terminado
teniendo como personas los unos por los otros: controlándonos,
aniquilándonos.
No son refugiados. Son prisioneros, como nosotros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario