martes, 28 de junio de 2016

PODER X

No hay erotismo en la política. Sí que hay erótica del poder, que es como un wanabismo interminable que sume al lumpen-paletariado en la mediocridad más abominable.
 
No hay erotismo en la política. Si uno fuera a las urnas con la sensación de estar votando por el o la próxima porn-star del momento, probablemente habría otra lubricidad social, pues los políticos serían ídolos de fantasía y proporcionarían una vida interior y un gozo privados que no tendría comparación con la flaccidez mundana y fría de estos empajillados corredetrases y fermentacueros...

28 de junio 2012

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