martes, 9 de agosto de 2016

RAGA

| यो अग्निं देववीतये हविष्मानाविवासति |
तस्मै पावक मर्ळय ||

yo aghniṃ devavītaye haviṣmānāvivāsati
tasmai pāvaka mṛḷaya


«a quien con sagrado don convocase Agni a la fiesta de los Dioses,
¡oh Purificador, favorécele!»

Rig-Veda.
Libro I, Himno XII: 9



a la memoria  de
pandit ravi shankar (1920-2012)

                                                                “el sonido es dios”

                                                                          ॐ
a l a p

dormito en la tarde
entre mangos

bajo su sombra templada
se adormecen mis párpados

al leve rumor de un riachuelo
cercano donde parecen flotar

como músicos alados diminutos mosquitos
que improvisan tenues melodías

por el tallo rojo de los sándalos
en busca de la húmeda quietud de los estanques

el camino agita
campanillas que resuenan a lo lejos

en seco callan las cigarras
la tierra entera enmudece

el corazón del mango
late inquieto

***

¡oh shiva
    vinadhara!

¿es acaso el firme paso de nandi
            tu sagrado buey

acaso el rumor tenue de la cítara
que portas entre el hacha y el antílope

lo que agita el aire
de mi espíritu en reposo?



¡oh tú que así hablas
    ahora escucha!

es la caricia curva
que en la calabaza fermenta
   
                                el divino néctar

¿sientes ahora entre los dedos
su cimbreante escozor de cobre?



¡oh shiva
    vinadhara!

¿por qué es honrado en la danza aquel
con quien entre los sándalos te adentras?
       
    ¡oh nataraja!

¿a qué tan solemne el tambor
para tan sombrío cortejo?

guirnaldas marchitas alrededor de mi cuello
en la pira del llanto mi corazón es ceniza


 j o r

pandit impulsa el aliento contenido
        respira el silencio entre las cuerdas
nada escapa al tacto vibrante de sus manos
        se abraza a la cadencia del escalofrío
cálido y firme se aferra
        como una danzarina al espacio que le nace
alrededor del cuerpo
        junto al aliento contenido
que se desata al fragor de cada instante

                          el sonido es dios

pandit abre el primer círculo
        se agrieta el silencio
de generosa curva
        venerable y venerado
engarza su tiempo con el tiempo
        mientras vibra
en sus dedos la antigua caricia
        pellizcando el espíritu
y el suspiro de lo que permanece
       

pandit piensa la curvatura del segundo círculo
        el tiempo que nace del sonido
irrumpe decidido en la lentitud y la corona
        del mismo modo que la sombra
desnudando sin apenas un gesto la arena que le habla
        inicia firme el camino
con el brío de quien conoce los pasos perdidos
        y se deja seducir por la prontitud
de para quien caminar no supone un acto de destreza

                        el sonido es dios

pandit accede al tercer círculo
        devotamente rinde homenaje
inclinándose ante los grandes maestros
        a los que antes le precedieron
venerados con pasión
        y a quienes seguirán la estela
con las rodillas sangrando en la tierra
        de su ausencia imborrable
celebrando el vuelo de la oración eterna

                       
pandit se funde en el cuarto círculo
        con el calor que mana del fruto
hormiguea en su mente el principio del éxtasis
        sereno y fresco ante el blando sonido del crepúsculo
todo se coloca en su centro
        arranca el ritmo de los dedos
sutil
        en el momento antes de todo

                        el sonido es dios


j h a l a


corretean por la piel de la vaca

asperjando el agua del alegre riachuelo
que el repentino baño ha dejado entre los pliegues

de sus alas blancas



sobre las copas de las palmas

sus generosas hojas reciben el chapoteo incipiente
del monzón
diminuta danza de insectos sobre los lotos



se abre

la flor se abre

la flor se abre y entona el aroma

entona el aroma del aire y perfuma
en cada espasmo en cada golpe

la cadencia súbita del tiempo

del tiempo anciano que gravita

sobre el aroma del aire

que se abre



se abre

la flor se abre

la flor se abre al mundo y el mundo

se abre a la flor del espasmo

al tiempo se abre el anciano

el aroma detrás de cada golpe

la caricia enérgica

la sutil cabalgata

del silencio

donde espera

el golpe
del silencio
el anciano


el maestro espera

a que la mano

le refiera el dibujo

del corazón de la flor
que se abre al tiempo

al ritmo imparable

de lo perenne

al cántico verde

de los dedos

como gotas

de un monzón inagotable

que puebla de aves blancas
el lomo de la vaca



el sonido

es la vaca sagrada

sobre la que corretean

enérgicos

los pétalos del loto

desprendidos
 por la ausencia
por el pesar
de la ausencia 

por la avidez

en la espera

la espera



se abre la flor

y te recibe

en su tiempo



oh pandit!




g a t h


envuelto en la mortaja

el cuerpo de pandit

es llevado a la pira

con lento crepitar de lágrimas



merodeando la eternidad
van los pasos en silencio

un silencio que pesa más

que todas las nieves juntas

sobre el monte meru
alta morada de los dioses

el sacerdote apila
troncos secos de sándalo

el sacerdote de cara blanca

acerca el fuego a la puerta

del nido que acogerá el fuego

último del alma



la comitiva en torno

respira el estridente

y tórrido aire del sándalo

contenido el llanto en la visión

de la pira

donde el cuerpo de pandit

se abre al mundo

como la flor eterna que se funde

en el aroma de su alma

el sonido es dios
el sonido es dios






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