| यो अग्निं देववीतये हविष्मानाविवासति |
तस्मै पावक मर्ळय ||
yo aghniṃ devavītaye haviṣmānāvivāsati
tasmai pāvaka mṛḷaya
«a quien con sagrado don convocase Agni a la fiesta de los Dioses,
¡oh Purificador, favorécele!»
Rig-Veda.
Libro I, Himno XII: 9
a la memoria de
pandit ravi shankar (1920-2012)
“el sonido es dios”
ॐ
a l a p
dormito en la tarde
entre mangos
bajo su sombra templada
se adormecen mis párpados
al leve rumor de un riachuelo
cercano donde parecen flotar
como músicos alados diminutos mosquitos
que improvisan tenues melodías
por el tallo rojo de los sándalos
en busca de la húmeda quietud de los estanques
el camino agita
campanillas que resuenan a lo lejos
en seco callan las cigarras
la tierra entera enmudece
el corazón del mango
late inquieto
***
¡oh shiva
vinadhara!
¿es acaso el firme paso de nandi
tu sagrado buey
acaso el rumor tenue de la cítara
que portas entre el hacha y el antílope
lo que agita el aire
de mi espíritu en reposo?
¡oh tú que así hablas
ahora escucha!
es la caricia curva
que en la calabaza fermenta
el divino néctar
¿sientes ahora entre los dedos
su cimbreante escozor de cobre?
¡oh shiva
vinadhara!
¿por qué es honrado en la danza aquel
con quien entre los sándalos te adentras?
¡oh nataraja!
¿a qué tan solemne el tambor
para tan sombrío cortejo?
guirnaldas marchitas alrededor de mi cuello
en la pira del llanto mi corazón es ceniza
j o r
pandit impulsa el aliento contenido
respira el silencio entre las cuerdas
nada escapa al tacto vibrante de sus manos
se abraza a la cadencia del escalofrío
cálido y firme se aferra
como una danzarina al espacio que le nace
alrededor del cuerpo
junto al aliento contenido
que se desata al fragor de cada instante
el sonido es dios
pandit abre el primer círculo
se agrieta el silencio
de generosa curva
venerable y venerado
engarza su tiempo con el tiempo
mientras vibra
en sus dedos la antigua caricia
pellizcando el espíritu
y el suspiro de lo que permanece
pandit piensa la curvatura del segundo círculo
el tiempo que nace del sonido
irrumpe decidido en la lentitud y la corona
del mismo modo que la sombra
desnudando sin apenas un gesto la arena que le habla
inicia firme el camino
con el brío de quien conoce los pasos perdidos
y se deja seducir por la prontitud
de para quien caminar no supone un acto de destreza
el sonido es dios
pandit accede al tercer círculo
devotamente rinde homenaje
inclinándose ante los grandes maestros
a los que antes le precedieron
venerados con pasión
y a quienes seguirán la estela
con las rodillas sangrando en la tierra
de su ausencia imborrable
celebrando el vuelo de la oración eterna
pandit se funde en el cuarto círculo
con el calor que mana del fruto
hormiguea en su mente el principio del éxtasis
sereno y fresco ante el blando sonido del crepúsculo
todo se coloca en su centro
arranca el ritmo de los dedos
sutil
en el momento antes de todo
el sonido es dios
j h a l a
corretean por la piel de la vaca
asperjando el agua del alegre riachuelo
que el repentino baño ha dejado entre los pliegues
de sus alas blancas
sobre las copas de las palmas
sus generosas hojas reciben el chapoteo incipiente
del monzón
diminuta danza de insectos sobre los lotos
se abre
la flor se abre
la flor se abre y entona el aroma
entona el aroma del aire y perfuma
en cada espasmo en cada golpe
la cadencia súbita del tiempo
del tiempo anciano que gravita
sobre el aroma del aire
que se abre
se abre
la flor se abre
la flor se abre al mundo y el mundo
se abre a la flor del espasmo
al tiempo se abre el anciano
el aroma detrás de cada golpe
la caricia enérgica
la sutil cabalgata
del silencio
donde espera
el golpe
del silencio
el anciano
el maestro espera
a que la mano
le refiera el dibujo
del corazón de la flor
que se abre al tiempo
al ritmo imparable
de lo perenne
al cántico verde
de los dedos
como gotas
de un monzón inagotable
que puebla de aves blancas
el lomo de la vaca
el sonido
es la vaca sagrada
sobre la que corretean
enérgicos
los pétalos del loto
desprendidos por la ausencia
por el pesar
de la ausencia
por la avidez
en la espera
la espera
se abre la flor
y te recibe
en su tiempo
oh pandit!
g a t h
envuelto en la mortaja
el cuerpo de pandit
es llevado a la pira
con lento crepitar de lágrimas
merodeando la eternidad
van los pasos en silencio
un silencio que pesa más
que todas las nieves juntas
sobre el monte meru
alta morada de los dioses
el sacerdote apila
troncos secos de sándalo
el sacerdote de cara blanca
acerca el fuego a la puerta
del nido que acogerá el fuego
último del alma
la comitiva en torno
respira el estridente
y tórrido aire del sándalo
contenido el llanto en la visión
de la pira
donde el cuerpo de pandit
se abre al mundo
como la flor eterna que se funde
en el aroma de su alma
el sonido es dios
el sonido es dios
ॐ
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