la felicidad está
justo
donde la habíamos dejado
ahí
junto a las llaves
bajo el espejo negro
que la soledad frunció
sobre tus ojos
devorados por los ácaros
del tiempo
por una alergia crónica
de arenas y polen abrasador
la encontraremos
ahí
justo ahí
tan inmóvil
transitando
feroz
en plena floración
de dunas
justo
donde la habíamos dejado
ahí
junto a las llaves
bajo el espejo negro
que la soledad frunció
sobre tus ojos
devorados por los ácaros
del tiempo
por una alergia crónica
de arenas y polen abrasador
la encontraremos
ahí
justo ahí
tan inmóvil
transitando
feroz
en plena floración
de dunas
Magnífico.
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