están a menudo
los que siempre están
en contra de algo
o de alguien.
Sin embargo,
aquel que va a ser fusilado
nunca está contra los fusileros,
ni frente a la pared,
ni ante la muerte.
En realidad,
si se observa bien,
está
frente al pelotón de fusilamiento,
ante la pared,
y contra su voluntad.
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