domingo, 26 de abril de 2015

CUADERNO SIN TIEMPO II

Lo que en tu amor solicité pastar
venía más allá del olor del primer árbol,
encanecía aún más los campos
cayéndose lentamente
de los ruidos del invierno.

Tuve mis pastores y guardianes.
Tuve, incluso, quien me cuidó bien.
Tuve recuerdos para alguien
para quien yo también lo fui.

Fui desconocedor de todo,
incorporador de todo,
coleccionista de todo,
insomne de todo.

Sin embargo,
de nada fui más útil a la vida
que en solitarias herrumbres,
heridas por galeones de óxido,
fundadoras
de mi voz
tempranamente
furibunda al encuentro
con titanes aún desorientados,
cabizbajo y servil
como una coma,
siempre puerta giratoria,
sandwich en una máquina
expendedora de amigos encarcelados
como tributo del gigante y las jóvenes.

Lo que en tu amor planté
fueron tortugas.

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