viernes, 3 de febrero de 2017

LA CAMPEONA MUNDIAL DE NATACIÓN

La campeona mundial de natación fue a comprar naranjas. Dio los buenos días al frutero, el cual le despachó, diligente, ocho naranjas. Tuvo una agria discusión con él a cuenta del precio de las naranjas. Ella le levantó la voz. Él le pidió que no le hablara en ese tono y ella, furiosa, saltó por detrás del mostrador y le propinó un fuerte puñetazo en la nariz que lo dejó sangrando. No contenta, le dio dos patadas en el hígado ante el resto de clientes, los cuales huyeron de la tienda, escandalizados. La campeona mundial de natación salió de la frutería con los nudillos doloridos. Llamó bastardo al frutero, que aún permanecía hecho un ovillo en el suelo de la frutería; sangraba mucho. Tiró las naranjas por detrás de una tapia. Siete gatos se lanzaron de inmediato a por ellas. La campeona mundial de natación, ya en su casa, desde la ventana de la cocina, se puso a escupir a la calle. Vino la policía e hizo preguntas. Todo quedó en eso. Al día siguiente, la campeona mundial de natación vivió el día más hermoso de su vida: su novio le pidió matrimonio en un parque. Ella le dijo que sí. Se casaron meses después. Tuvieron dos hijas, una de ellas, con problemas. Él la dejó por una veinteañera del trabajo. Ella lo esperó un día por fuera del trabajo, y lloró, mientras le encañonaba con un revólver. Disparó.

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